Seguramente nadie piensa en la belleza napolitana antes de ir de viaje a Murcia, a lo mejor ni siquiera piensa en la belleza si el viaje es a Murcia y se parte de Aragón…
Los trampantojos italianos nos salieron al encuentro en el museo de Salzillo, es decir en la Iglesia de Jesús, estas pinturas eran obra del mismo pintor italiano que encontramos en el viaje “Amanece que no es poco en la Sierra de Alcaraz”, por estas mismas fechas en el 2013. Se trata de Paolo Sístori, artista milanés del s. XVIII, que ya intentó engañarnos con el altar de la Iglesia de Santiago en Liétor. Nada, salvo el santo, era verdad en ese altar.
Los trampantojos italianos nos salieron al encuentro en el museo de Salzillo, es decir en la Iglesia de Jesús, estas pinturas eran obra del mismo pintor italiano que encontramos en el viaje “Amanece que no es poco en la Sierra de Alcaraz”, por estas mismas fechas en el 2013. Se trata de Paolo Sístori, artista milanés del s. XVIII, que ya intentó engañarnos con el altar de la Iglesia de Santiago en Liétor. Nada, salvo el santo, era verdad en ese altar.
Nápoles llegó de la mano de Salzillo, que por herencia paterna inundó de luz, color y realismo el drama religioso español, el resultado, aunque esperado, nos dejo clavados como sus estatuas.
Y ¿dónde está el Bajo Aragón? pues, además de en los "icos" que dejaron las fuerzas aragonesas en la repoblación cristiana, en la extrema simplicidad de las casas de sus pueblos, rozan la fealdad pero seguramente se debe a que miran todo el tiempo hacia afuera y el paisaje del Valle de Ricote, tan cercano siempre, despista la atención hacia el exterior.
La fusión perfecta llega a través de los presepi o lo que es lo mismo la sociedad murciana del XVIII montando el belén.
A destacar también el tapeo y la amabilidad tanto en el Valle como en la capital. La verdad es que no discutimos por el H2O (por el vino de Jumilla sí, poco presente en los menús) porque todos estábamos de acuerdo en el trasvase de la culpa a los políticos.
Y para terminar con esta fusión italomurciana, la recomendación de una tapita tan sencilla como irresistible: "la marinera" una anchoa sobre ensaladilla rusa y ambas sobre un grissini doblado.
Y para terminar con esta fusión italomurciana, la recomendación de una tapita tan sencilla como irresistible: "la marinera" una anchoa sobre ensaladilla rusa y ambas sobre un grissini doblado.
Fotos de Eduardo Cidraque, Lourdes Ferrer y Carmen