Los trampantojos italianos nos salieron al encuentro en el museo de Salzillo, es decir en la Iglesia de Jesús, estas pinturas eran obra del mismo pintor italiano que encontramos en el viaje “Amanece que no es poco en la Sierra de Alcaraz”, por estas mismas fechas en el 2013. Se trata de Paolo Sístori, artista milanés del s. XVIII, que ya intentó engañarnos con el altar de la Iglesia de Santiago en Liétor. Nada, salvo el santo, era verdad en ese altar.
Y para terminar con esta fusión italomurciana, la recomendación de una tapita tan sencilla como irresistible: "la marinera" una anchoa sobre ensaladilla rusa y ambas sobre un grissini doblado.